David Ramírez*
Es completamente incoherente con la disposición de la declaratoria de emergencia nacional QUÉDATE EN TU CASA, que el sector industrial pesquero de Manta siga operando en toda su capacidad. En este punto, está evidenciado que la pandemia no discrimina, nos afecta por igual a todos.
Unos 20.000 mantenses trabajan en turnos rotativos en las procesadoras de pescado de la ciudad, lo que significa que necesariamente deben movilizarse desde sus hogares hacia esos centros de producción y viceversa, en lo cual radica el potencial riesgo de contagio, que es lo que se promueve frenar a toda costa.
Si bien, en el marco de la emergencia el gobierno instruyó que los sectores productivos debían mantenerse activos para garantizar la cadena alimentaria, se estima que el grueso de la producción de las plantas procesadoras de pescado se destina a la exportación y lo restante al consumo interno.
Un contagio masivo agravaría la crisis en la ciudad donde las autoridades reportan 7 casos positivos de coronavirus COVID-19
El sector pesquero industrial debe paralizar sus actividades de inmediato, ser consciente de la emergencia y sensible con lo que la sociedad en su conjunto clama en este momento. La prioridad de generar ingresos debe quedar en segundo plano, se impone la necesidad de garantizar la salud de todos los que hoy ya sufrimos las consecuencias de la pandemia.
El colapso del sistema público de salud de Manta es inminente. Es de dominio público que ya está afectado habida cuenta que el hospital Rodríguez Zambrano, no es operativo ni en condiciones normales, mucho menos ante la emergencia por el coronavirus.
La rápida propagación del COVID-19 en el Ecuador está a la vista, hoy sábado 21 de marzo, a 22 días de que se presentará el primer caso, el país registra 506 personas contagiadas, entre ellas 9 en Manabí, de las cuales 7 están en Manta. Igualmente, se estima que, en Manta, al menos unas 70 personas están sometidas a cerco epidemiológico. Ante este escenario, las autoridades y en última instancia, la sociedad civil debe exigir el cierre inmediato de las plantas procesadoras.
Manta debe prevenir entrar en la fase de contagio masivo, como ocurrió desafortunadamente en las ciudades del norte de Italia, que luego produjo la proliferación del virus en todo el país con el consiguiente cuadro de mortalidad que se conoce. El mismo cuadro se replicó en España, precisamente por no restringir completamente la movilidad de sus ciudadanos.
Con esta experiencia, el llamado general es por preservar la vida, el clamor inclusive es por sobrevivir a esta amenaza brutal. Manta debe hacer prevalecer su espíritu de unidad ante el flagelo que está encarando el mundo en esta hora; el sector pesquero debe actuar en esa consonancia, no en una actitud que, en esencia, es un desprecio al bienestar común, a la vida de sus trabajadores y sus familias.