El alcalde no puede exigir a los ciudadanos de Manta cumplir las normas si no practica con el ejemplo. La pandemia se combate con mascarillas y distanciamiento social, pero, además, con calidad moral. ¡Con la verdad!
Desde este domingo entran en vigencia una serie de medidas dispuestas por el COE cantonal de Manta para frenar el virus SARS-CoV-2 que produce la COVID-19, la letal enfermedad que indiscriminadamente está asolando a la humanidad.
El repunte en mayor o menor grado es evidente en varias regiones del mundo. En Ecuador se puede estimar que no ha alcanzado la virulencia que ha desarrollado en Europa, pero con esa experiencia, el país y Manta en este caso, debe prepararse para la contingencia.
Está probado que donde los líderes muestran alto sentido de compromiso, han logrado guiar y generar “corresponsabilidad” en la población. Un líder auténtico es el que guía a su pueblo a salir del caos, no lo contrario, recordamos que en la peor tormenta se reconoce al mejor capitán, aquel que es capaz de llevar a puerto seguro a su barco…
Es la hora de avanzar en una sola dirección, los mantenses saben que es hora de hacer renunciamientos para contener la pandemia. Los líderes de Manta deben ser coherentes con la emergencia, no es el momento de festejos, la hora de las frivolidades será acaso, cuando la crisis se haya superado.
Manta exige de sus funcionarios decencia, pero hasta ahora han hecho muy poco para honrar la confianza que depositaron en ellos sus mandantes.
* David Ramírez, periodista manabita que vive en los Estados Unidos, es editor de El Diario en la ciudad de Nueva York. Ocasionalmente colabora con artículos de su autoría para que sean vistos por los lectores de REVISTA DE MANABÍ.