Más que por imposición que por disposición, los bienes de carácter regional que le pertenecen a Manabí, son asignados mediante decretos ejecutivos y concesionados por décadas, en procesos durante los cuales, ni la población, ni sus autoridades locales pudieron opinar, menos saber los términos de referencia de los contratos. Pasó así con el puerto de Manta.
Las administraciones gubernamentales se suceden una tras otra rezagando la capacidad de participación de la ciudadanía, al menos de sus representantes, que la vergüenza apremia, no exigen y menos se enteran de las negociaciones dispuestas.
Es la hora de nuestro aeropuerto Eloy Alfaro, de interés por parte de la empresa pública Korea Airports Corporation (KAC) anunciada desde ya como la administradora con una inversión de 182 millones de dólares destinados a construcciones, adecuaciones y principalmente la puesta en marcha en la categoría de aeropuerto internacional.
Este enunciado suena bien, como sonó el del puerto, hasta posesionar a la beneficiaria. Todavía no se genera información con sustento respecto a los contenidos y alcance del contrato. Si bien se diferencia porque ahora se ha creado una comisión dispuesta como veeduría para hacer pública, es decir transparentar la negociación. ¿Nos queda el aeropuerto? ¿Nos beneficiará?.