Hay mucha preocupación por cuanto ahora se sabe que el centro de aislamiento de El Aromo cerró sus operaciones por falta de fondos
Los barcos pesqueros, el CAP. BERNY y el FORTICA, llegaron entre la madrugada y la mañana de hoy a la rada de Manta con la mayor parte de sus tripulantes con sintomatología de COVID-19, según trascendió.
La mayor preocupación surge a partir de que el centro de aislamiento de El Aromo, que se habilitó en el campamento del fallido proyecto de refinería El Pacífico, fue cerrado el 30 de septiembre, por falta de fondos para operar, se reveló.
El CAP. BERNY propiedad de Buehs-Manacripex y el FORTICA del armador Ivo Kuka, se encontraban en faenas de pesca desde hace aproximadamente un mes y se vieron precisados a regresar a puerto debido a la infección de sus tripulantes, se conoció.
El pesquero CAP. BERNY arribó a puerto esta madrugada y de inmediato se procedió a tomar las pruebas PCR a los tripulantes, quienes permanecen en cuarentena en el barco en espera de los resultados. El tripulante identificado como Hugo Vega, fue transferido de emergencia al IESS, por presentar dificultad respiratoria, mientras que el resto, 28 pescadores, presentan síntomas leves de la enfermedad, particularmente pérdida de olfato y malestar general.

El cuanto al FORTICA, con 15 tripulantes a bordo, fue fondeado esta mañana en la rada. Trascendió que luego de ser sometidos a pruebas de diagnóstico rápido o PDR, se encontró a 3 de los pescadores positivos por COVID-19. En este caso, el armador dispuso esta tripulación sea aislada en un hotel de la ciudad.
Pese a los controles que el sector pesquero industrial se comprometió a cumplir, los casos de contagio en la flota han sido una constante en los barcos de la flota a lo largo desde febrero que se desató la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad de COVID-19, en Ecuador.
En el punto más alto de la pandemia, entre los meses de marzo, abril y mayo, al menos 30 barcos de la flota con sus tripulantes estuvieron en cuarentena en la rada de Manta. Muchos pescadores murieron al no recibir tratamiento a tiempo.
Más tarde, con la implementación del centro de aislamiento en el campamento de El Aromo, la situación se logró controlar a medias, puesto que los casos de contagio entre los tripulantes persistieron, aún con los controles dispuestos por las autoridades de salud, pero que, no obstante, siempre la última palabra estuvo en manos de los empresarios, que defendieron ser autónomos en el manejo de los controles de bioseguridad de sus barcos.
David Ramírez es un periodista ecuatoriano que vive en los Estados Unidos. Es editor de El Diario de Nueva York.