Arturo del Pino
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Con una sonrisa única y el corazón grande y dispuesto a servir, nos recibe Carlim, un hombre que toda su vida fue dura, pero hoy ha cumplido muchos de sus sueños gracias a Dios, su voluntad, persistencia y sobre todo la fe que emana de él, cuando lo conoces a profundidad.
La entrevista se empieza a desarrollar, y se le pidió que dejemos a un lado al Carlim de las redes sociales, y tratáramos con Carlos Vélez el ser humano, que a pesar de todo lo vivido, hoy es un ejemplo por seguir.
Sus inicios
“Soy hijo de padres separados, ellos se separaron cuando tenía entre 9 a 10 años, ese acontecimiento cambió mi vida para siempre, este vacío me llevó a consumir drogas a muy corta edad, por medio de un supuesto amigo, y a la final terminé enredado en ese mundo oscuro”, agregó.
“Me gusta el deporte, pero por motivos de las sustancias ilícitas lo tuve que dejar y con ello muchos sueños que hoy me arrepiento, pero sé que todo tiene su razón de ser”.
“Estuve en 7 colegios distintos, donde en uno estudié 3 años, me botaban porque era un muchacho muy desorientado, insoportable, y con problemas de amores; con muchos inconvenientes me terminaron dando un título de bachiller, no digo que me lo gané pues mi mamá tuvo que pagar por eso, y aunque suene vergonzoso, es por lo que pasé”.
“Terminé el colegio y mi problema de drogadicción incrementó, vivía para consumir y consumía para vivir; siempre quise estudiar la universidad porque mis padres nos son estudiados, vengo de una familia muy precaria de una baja formación académica, pero mi madre me inspiraba a avanzar aun en medio de mi vicio”, detalló.
“A los 14 años conocí la cárcel, estuve 3 veces detenido, por temas de consumo de estupefacientes, problemas de ingobernabilidad, manejar sin licencia y todos los desastres que acarrean las drogas”.
La decisión
“A los 19 años, después de 9 años de adicciones, donde destruí mi vida, los sueños de mi madre, hermanos y sociedad, comencé a caer en una decadencia moral donde ya nadie quería saber de mí, me quedé sin nadie y quede rezagado a la calle”.
“Hasta este tiempo, ya vivía en las calles, me había separado de 4 compromisos, por mi condición por ese mundo sucio y perturbado que ofrece las drogas”.
“La sociedad a este punto ya me miraba con indiferencia, desprecio y empecé a sentirme peor, ya nadie creía en mí, no querían tratar conmigo, y fue entonces que tomé una decisión”.
“La decisión que tomé con firmeza, fue la de cambiar mi vida; cogí mis maletas, comencé a ordenar mi ropa y me entregué bajo mi propia voluntad, a un centro de rehabilitación llamado LUZ ESPIRITUAL, aquí enseñaron a vivir, porque ni vivir sabía, había perdido esa facultad, mi voluntad, mi dignidad, todo”.
“Y dejé las drogas, a través de un proceso muy fuerte y doloroso, donde paso a paso, empecé a recuperar todo lo que las drogas me robaron; entre terapistas, psicólogos y médicos”.
“Esta decisión la tome un 30 de noviembre de 2009, y este año 2021 cumplo 12 años libre y limpio de drogas en mi vida”.

De Carlos a Carlim
“Desde aquí nace todo, el deseo de recuperarme, de ayudar y no solo pensando en mi bien, sino en hacer las cosas para los demás; en mi mente estaba en ser diferente, ahora Carlos Vélez se convertiría en Carlim”.
Aunque Carlim era el nombre con el cual lo conocían en su tierra, y como lo identificaron tantos años cuando estaba perdido, como dice él, “el Carlim por poca mata a Carlos”, pero él rompió todos los paradigmas y transformó ese nombre de perdición, en una bendición”.
Ahora nacía un nuevo hombre, con nueva visión y proyección de vida, CARLIM RESCATA empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo de la labor social.
Carlim es estudiado y graduado en Psicología clínica, además hizo una maestría en Perú, sobre niños y adolescentes; el sentido de altruismo siempre ha estado con él, y ahora después de haber salido de ese infierno, Carlim empezaría a arrebatar almas de las calles donde él estuvo, para darles una nueva oportunidad.
Carlim, comenta como fue su primer rescate “había un niño, que su infancia fue robada, su adolescencia fue la indigencia y su juventud, fueron las drogas, y ya con 23 años había caído en la extrema decadencia, a él lo llamaban “billete”, pero su nombre real es Ramón”.
“Él fue mi primer rescate, y no solo eso, es mi hijo, lo adopté y ahora vive conmigo”.
La fundación
“Lamentablemente me acusaron injustamente de un secuestro de un chico, pero todo fue una confusión, por un trámite mal hecho, donde después se demostró mi inocencia, pero mientras eso pasaba caí preso”.
“Al estar en la cárcel, esta vez sano y sin culpa, recordé las palabras de Mandela, que no podemos salir como entramos, y entonces en la pared de dicho calabozo, comienzo a dibujar el logo de mi fundación, que me llegó como una inspiración”.
“Hoy tengo un centro de rehabilitación llamado CAMINO VIVO donde trabajo internamente y mi fundación que se llama C-VIVE donde lo hago de manera externa, para todos aquellos que no puedo ingresar, los ayudo con lo que está a mi alcance”.
“Comencé a hacer rescates, en la medida de lo posible, como no había recursos rescataba 1 o 2 personas de manera mensual; con mi fundación incursiono en las redes sociales desde hace 2 años”.

Las redes Sociales
“En una ocasión fuimos a comer con un amigo, y nos encontramos con un chico botado en la calle, y cancelé mi pedido y me fui a recogerlo; lo cambié, lo bañé, vestí y lo dejé muñeco, en una hora le hicimos el cambio radical”.
“Se me ocurre grabar un video por inercia y subirlos a la red, y desde allí empezó todo el mover por las redes sociales, dicho video se hizo viral con millones de reproducciones, y captó la atención del medio internacional; me llamaba la prensa, revistas, empresas privadas y me decían que querían aportar a este proyecto”.
“La gente empezó a pagar los tratamientos, apadrinar a los chicos, empezó a llegar la ayuda de camas, sillas y otras cosas más, creé mi página CARLIM RESCATA, que actualmente ya tiene más de 3 millones de seguidores”.
“En total tengo más de 5 millones de seguidores en todas las plataformas digitales, y este proyecto me dio la apertura para poder ayudar, sacando a más de 100 personas anualmente de las calles y reinsertándolas en la sociedad totalmente cambiadas”.
“Claro que hay chicos que han recaído en el mundo de las drogas, pero lo bueno es que se les dio la oportunidad, a mí me duele es que no se les haya dado la oportunidad; yo tuve esa oportunidad y la aproveché y ahora soy CARLIM”.
“Estos 2 años en redes sociales me han ayudado muchísimo pues me han dado salida a nivel internacional, dando a conocer este proyecto en algunos medios extranjeros como: Noticias Caracol y TV Azteca”.
Proyectos a futuro
Carlim, expresa que “ha codeado con sus mentores, y a logrado cosas que para él antes eran imposibles, como subirse a un avión, viajar a otros países y conocer celebridades”.
“Hace poco visité la iglesia de Dante Gebel, uno de mis mentores en ayuda social, recientemente compartí con los jugadores del Barcelona, y así muchas cosas más que si te contara, nos quedaríamos 5 horas acá conversando”.
“Para futuro, quiero formar mi familia que por motivos de mi labor aun no he podido, y creo que un hombre no puede decir que esta realizado sin una familia; es importante que detrás de un gran hombre, haya una mujer sabia”.
Hoy a los 30 años Carlim tiene pensado construir la fundación C-Vive en el Carmen; también quiere lanzar su libro, poder rescatar 1000 personas de las calles; además Carlim quiere formar a más líderes como él, que puedan continuar su labor.

Palabras finales
“La indigencia está en todos lados, pero podemos cambiar el mundo ayudando a una persona a la vez; los grandes hombres están hechos de grandes errores; el éxito no está en lo que poseas, sino en lo intangible que logres o tengas”.
Entre frases de célebres autores, risas, anécdotas, proyectos y sueños, Carlim se despide diciendo “aunque no tengas dinero para darle a alguien, entrégale una sonrisa al menos, pero no les des odio ni desprecio”.
“No te puedes ir de este mundo sin cambiarle la vida a alguien, sin escribir un libro, sin sembrar un árbol y sobre todo sin haber cumplido tus sueños; te lo digo como soñador, como empresario, influencer, productor, pero sobre todo como ser humano”.
Carlim deja un mensaje fuerte y claro, “NUNCA PIERDAS LA FE”.
