David Ramírez*
La Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA) ha emitido una comunicación en la que notifica a los mantenses, que no paralizará la producción porque tiene el compromiso de evitar el desabastecimiento y su misión es garantizar la provisión de alimentos.
La etiqueta justificativa así presentada, suena loable y hasta patriótica. El argumento hace parecer como ilusos a los que hemos sugerido que cierren temporalmente sus plantas: primero, nos recuerdan que el atún es un producto de primera necesidad, parte de la canasta básica y segundo, que es uno de los principales productos de exportación y fuente de ingresos para el país.
Nadie en absoluto ha puesto en entredicho la importancia del atún en la canasta básica de los ecuatorianos, ni mucho menos la relevancia del sector pesquero industrial en la economía. Lo que se ha propuesto a CEIPA, es que se sumen al esfuerzo general de frenar la cadena de contagio. La propuesta está dirigida a todo tipo de empresa, pero se entiende que el sector atunero es el que concentra la mayor cantidad laboral en Manta y todos están potencialmente en riesgo de contagiarse.
Manta con 18 casos, es el epicentro de los contagios en Manabí, que suma al momento 25 casos
La disposición QUÉDATE EN TU CASA, lo resume todo. Las empresas atuneras y sus miles de empleados no están en una burbuja inexpugnable, el virus ha demostrado que no conoce fronteras ni discrimina con nadie, además Manta ciudad y país, no está preparado para enfrentarlo.
Hoy a 24 días del primer caso el país tiene 789 contagiados, 699 casos con sospecha, 1347 en el cerco epidemiológico, 14 fallecidos, el virus está en 16 provincias. Guayas mantiene la cifra más alta. Señores empresarios de CEIPA, Manta con 18 casos, es el epicentro de los contagios en Manabí, que suma al momento 25 casos y los números seguirán subiendo…
Para CEIPA, la pandemia de coronavirus COVID-19 no existe. Los miles de muertos que causó en China, los que está causando en Italia, España, Irán más la ola de contagios que desde el 29 de febrero en que hizo su arribo a Ecuador y a Manta, son un invento mediático.
CEIPA dice estar consciente de la emergencia sanitaria que vive nuestro país, no obstante, minimiza en su máxima expresión la tragedia que atraviesa la humanidad en estos momentos. El virus COVID-19 es la mayor amenaza de nuestro tiempo y dada su propagación y letal peligrosidad, la Organización Mundial de la Salud, la declaró pandemia.
He sugerido que sea la sociedad civil de Manta la que exija el cierre, porque es obvio que la autoridad, no tiene la integridad moral para hacer prevalecer el interés de los ciudadanos en lugar de los intereses privados. Estamos hablando de defender la vida, pero al parecer los políticos de turno, están secuestrados y a la orden del poder económico.
Señores de CEIPA, asómense al mundo, vean el flagelo que está causando en Europa, sin ir tan lejos, analicen lo que ocurre en Guayas. No seamos parte de las estadísticas de la tragedia, dos o tres semanas de paralización, los hará menos ricos, pero probablemente más humanos, de lo contrario asuman las consecuencias.
David Ramírez es un periodista ecuatoriano residente en Estados Unidos, donde es editor en El Diario de Nueva York.